En el mundo de la educación, las personas que trabajan detrás de escena a menudo desempeñan un papel fundamental en la vida de los estudiantes. Entre estos héroes anónimos se encuentran los monitores de comedor, cuya labor va más allá de servir alimentos y supervisar a los niños durante la hora del almuerzo. Son figuras de apoyo, amigas y amigos, ya que a menudo se convierten en referentes emocionales en el día a día de nuestro alumnado.
A veces, la vida nos lleva por caminos inesperados, y es precisamente lo que ocurrió en el colegio este viernes, cuando despedimos a un monitor de comedor muy querido.
Durante muchos años, Álvaro ha sido una presencia constante en el comedor del colegio. Su amabilidad, sonrisa contagiosa y atención personalizada a cada niño hicieron que fuera mucho más que un simple trabajador en el comedor.
Para muchos, él se convirtió en un amigo y una figura de confianza a la que podía recurrir para hablar de sus problemas, celebrar sus éxitos o simplemente compartir anécdotas divertidas.
Durante la última semana de Álvaro en el colegio, se llevó a cabo numerosas muestras de cariño y agradecimiento. Los niños le escribieron cartas de despedida, organizamos una emotiva despedida sorpresa y se le entregó un regalo que simbolizaba el cariño y gratitud de la comunidad escolar.
Mucha suerte en tu nueva andadura profesional!